Los Secretos de los Arcángeles en la Catedral de Sal de Zipaquirá
Hablar de la Catedral de Sal de Zipaquirá, es hablar de un templo único en el mundo, es hablar de nuestra Primera Maravilla de Colombia, de un monumento lleno de historia, arte, de un referente arquitectónico importante, es hablar de espiritualidad, de culto y de raíces.
No sólo podemos ver a nuestra Catedral de Sal como un destino turístico sino como un lugar que encierra muchas de las características que nos definen como seres humanos. Es por eso que el arte en la construcción de este templo fue un punto importante que se enfocó en expresar la devoción por la religión católica, fue la manera en que escultores y mineros se desafiaban para construir esculturas que hablaran de su fe, de sus creencias y de su fuerza espiritual. Por esta razón durante el recorrido podemos encontrar varios monumentos alusivos a la fe y los cuales en su mayoría fueron tallados en roca arenisca zipaquireña.
Ludovico Consorti, artista italiano fue un escultor que colaboró junto con el minero local José Vicente Pinto a tallar algunas de las esculturas que decoraron la antigua Catedral de Sal y que se mantuvieron en la ornamentación de la Catedral que conocemos hasta el día de hoy. Éstas son algunas de sus esculturas:
- El Arcángel San Gabriel: Ubicado en el coro de la Catedral de Sal justo al borde de la Nave Central, tiene una maravillosa vista que apunta hacia la emblemática cruz ubicada 180 metros bajo tierra.
- El Arcángel San Miguel: Ubicado en el Nártex de la Catedral de Sal (obra compuesta por una serie de Paralelepípedos Tallados en Sal que muestra la Formación Salina en sus muros y da una sensación de laberintos), tiene como misión ser el mensajero de Dios y en sus manos se puede observar una frase que dice: “Vosotros sois la sal de la tierra”.
- El Arcángel Gabriel: Ubicado en el pesebre dentro de la Nave del nacimiento. Este arcángel da la ilusión de estar volando. Hay visitantes que dicen que es por las alas que tiene en su espalda o por la nube que está pegada a sus pies. Pero en realidad una viga de madera es la que sostiene la escultura. Esta obra hace parte del pesebre con la que Consorti logró en 1950 recrear el nacimiento del niño Jesús, integrando también la figura de la Virgen María y la de San José.
Cada área de la Catedral de Sal está pensada para proporcionar un espacio de recogimiento y de purificación del espíritu y en donde se pone de manifiesto el misterio de la divinidad.
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