El asombroso mundo de las aves migratorias: Una historia que necesitas conocer
El asombroso mundo de las aves migratorias: Una historia que necesitas conocer
Con 1.954 especies reportadas, Colombia es el país más rico en aves del planeta y por esta razón, es considerado como el destino favorito para quienes practican el aviturismo. En el Día Mundial de las Aves Migratorias queremos resaltar esta increíble acción de la naturaleza y contarte las razones por las que miles de aves cruzan bosques, páramos, desiertos, océanos y grandes ciudades cada año.
Tingua azul (Porphyrio martinica)
Se desplazan desde los llanos de la Orinoquia hasta la cordillera Oriental.
¿Por qué migran las aves?
Aunque la mayoría de aves de Colombia permanecen en las mismas zonas durante toda su vida, existen otras especies que se han adaptado para recorrer grandes distancias y utilizar distintos hábitats a lo largo del año.
Las migraciones se realizan de forma innata y cíclica en temporadas fijas del año; se mueven para buscar alimento, refugio y descanso. Colombia, con su diversidad de ecosistemas que van desde las altas montañas hasta las exuberantes selvas tropicales y las costas bañadas por dos océanos, sirve como punto de parada crucial en muchas de estas rutas migratorias.
Según la Guía de las especies migratorias de la biodiversidad en Colombia, el 14,5% de las aves en el país son migratorias y de esas, al menos, 154 especies provienen de Norteamérica en busca de alguna playa, estero, humedal o bosque donde puedan alimentarse y descansar por unas horas o varios meses.
Las especies de aves que migran tienen más posibilidades de éxito en su supervivencia que aquellas que permanecen cuando llega el invierno y los recursos se reducen.
Tángara veranera (Piranga olivácea)
Proviene de Canadá o Estados Unidos y llega a Colombia a mediados de octubre, estando en diferentes tipos de bosques.
Por eso, lugares como la Ciénaga Grande de Santa Marta, Isla de Salamanca, las sabanas inundables del Orinoco y los Andes colombianos, entre otras zonas del país, son de gran importancia para las aves migratorias.
En realidad, las aves tienen roles específicos en los ecosistemas que ocupan durante la migración. La presencia de aves, incluidas las migratorias, es un indicador de la buena salud de un ecosistema: los bosques tropicales nativos reciben más visitantes que los hábitats intensamente intervenidos y manejados, como las plantaciones o los monocultivos.
Aves migratorias Colombia – Tomado de WWF Colombia
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Tipos de viajes migratorios
- Migración altitudinal: Asociada al cambio de elevación de la especie (de un piso térmico a otro). Es el caso de la quincha de Soatá, un colibrí que se desplaza entre los 120 y 2.200 metros de elevación y solo se encuentra en Colombia. Esta especie está catalogada en la lista roja de la UICN como “en peligro crítico” por la pérdida de su hábitat.
Quincha de Soatá (Amazilia castaneiventris)
- Migración horizontal: Se mueven en distancias más grandes, pero en la misma franja de latitud; como sucede con algunas aves acuáticas de los Llanos orientales que se mueven al ritmo de los regímenes de lluvia y de sequía en la región.
- Migraciones latitudinales: Implican desplazamientos entre continentes. Usualmente, las aves migratorias que las realizan viajan poco antes o cuando inicia el invierno boreal (al norte) o austral (al sur).
Espiguero collarejo (Sporophila caerulescens)
Sus áreas de reproducción incluyen Bolivia, Brasil, Uruguay y Argentina, pero realiza migraciones australes en invierno hacia Colombia y Perú.
¿De dónde vienen las aves que llegan a Colombia?
Se han identificado tres grandes rutas migratorias que provienen de Norteamérica. Algunas aves tienen rutas centroamericanas, otras viajan por el golfo de México y llegan especialmente al Caribe y también está la ruta del Atlántico, que entra a Suramérica por las Guayanas y Venezuela, desde donde algunas bordean el litoral hasta entrar a Colombia.
Además, están las migraciones australes desde el sur y el centro de Suramérica, sobre todo a través de la Amazonia, pero han sido menos estudiadas.
Reinita blanca y negra (Mniotilta varia)
Se distribuye y reproduce en Norteamérica, pero para el invierno desciende más al sur, llegando hasta Colombia e incluso Perú.
Migraciones amenazadas
Imagina emprender un viaje de más de 8.000 kilómetros solo con lo que llevas puesto, desplazándote con poca comida y ‘huyendo’ de las bajas temperaturas. Anhelando el calor de una playa o un estero y una vez allí, te das cuenta de que ese lugar ya no existe. Esto les sucede a muchas aves migratorias cada año.
Andarríos mayor (Tringa melanoleuca)
Se reproduce en Alaska y zonas de Canadá, y hace migraciones invernales hacia centro y Suramérica, incluyendo las Antillas.
Desafíos en el horizonte para la migración:
A pesar de la importancia de Colombia para las aves migratorias, enfrentan una serie de amenazas en su camino. La pérdida de hábitat debido a la deforestación, la contaminación de los cuerpos de agua y las colisiones con estructuras humanas, como edificios y torres de comunicación, son solo algunos de los desafíos que enfrentan estas especies durante su migración. Pero, además, la cacería en algunas regiones donde entran en conflicto con humanos o existen creencias y tabúes asociados a alguna especie, ponen en más aprietos a las especies.
Además, el cambio climático está alterando los patrones migratorios y los ciclos de reproducción de muchas aves, lo que puede tener consecuencias devastadoras para las poblaciones en declive. Se deben tomar medidas urgentes para proteger los hábitats críticos y mitigar los impactos del cambio climático en las aves migratorias y sus ecosistemas.
Pibí oriental (Contopus virens)
Es un ave migratoria de Colombia nativa de Canadá, donde principalmente se reproduce.
¿Disfruta del canto de las aves y te gusta practicar el aviturismo?
Te invitamos a tomar acción en la protección de las aves migratorias. Puedes apoyar la creación y conservación de áreas protegidas hasta adoptar prácticas agrícolas sostenibles que reduzcan la contaminación y la pérdida de hábitat.
El primer paso es educar a la comunidad sobre la importancia de las aves migratorias y promover prácticas de observación responsables que minimicen el estrés para estas criaturas durante su paso por nuestras tierras. Al trabajar juntos, podemos garantizar que Colombia siga siendo un santuario seguro para las aves migratorias durante muchos años más.
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