¿Qué hace tan especial a la Parroquia Nuestra Señora de los Dolores?

En el corazón histórico de Zipaquirá, justo donde las calles empedradas murmuran relatos de antaño, se alza un templo que ha sido testigo del paso del tiempo, la fe de un pueblo y el arte sacro de una época: la Parroquia Nuestra Señora de los Dolores. Este templo, además de ser uno de los íconos religiosos más importantes de la ciudad, representa una joya arquitectónica que guarda historias de espiritualidad, resistencia y belleza.
Un ícono del arte y la fe en Zipaquirá
Construida entre 1870 y 1880, esta parroquia de estilo neogótico refleja la influencia europea en la arquitectura religiosa de finales del siglo XIX. Su diseño se atribuye a los padres eclesiásticos que, siguiendo tendencias de la época, buscaron levantar un templo que inspirara recogimiento y admiración.
Su fachada sobria, construida con piedra de la región, se eleva con dos torres gemelas que dominan el perfil del centro histórico. En su interior, destacan sus vitrales artesanales, que llenan el espacio de luz y color, especialmente en las horas doradas del amanecer y el atardecer.
El altar mayor, de madera tallada y decorado con pan de oro, alberga la imagen de la Virgen de los Dolores, patrona de la parroquia. La figura mariana, traída desde España a finales del siglo XIX, se ha venerado durante generaciones y es especialmente importante durante la Semana Santa y las novenas de septiembre.
Razones por las que debes visitar la Parroquia Nuestra Señora de los Dolores
- Es parte del corazón histórico de Zipaquirá
Ubicada junto a la Plaza de los Comuneros, esta iglesia forma parte del conjunto arquitectónico más importante de Zipaquirá. A su alrededor se encuentran la Catedral Diocesana, el Palacio Municipal, y varias casonas coloniales, haciendo de este sector un punto imperdible para los visitantes.
- Sede de eventos religiosos y culturales
Aunque su propósito principal es la celebración de la fe católica, la parroquia también se ha convertido en escenario de eventos culturales y artísticos. En su interior y atrio se realizan conciertos de música sacra, actividades en Semana Santa, procesiones tradicionales y encuentros comunitarios que reúnen a toda la ciudad.
- Es historia viva
Este templo ha sido testigo de bodas emblemáticas, misas patrióticas y hasta homenajes a personajes ilustres de Zipaquirá. Muchos zipaquireños recuerdan aquí momentos importantes de su vida familiar. Incluso, se dice que Gabriel García Márquez, cuando vivió en la ciudad, solía pasear por la plaza y observar los templos, algo que lo marcó profundamente.
- Patrimonio arquitectónico y espiritual
La parroquia es un ejemplo de cómo el arte religioso no solo embellece, sino que también transmite un legado espiritual. Desde las columnas esbeltas hasta los frescos murales, todo en el templo evoca una conexión entre la historia, la comunidad y lo divino.
Recomendaciones para el viajero
- Visítala temprano en la mañana o al atardecer para apreciar el juego de luces sobre los vitrales.
- Asiste a una misa dominical si quieres vivir la experiencia espiritual completa y conocer la participación de los fieles locales.
- Habla con los residentes o con los encargados de la parroquia: muchas veces tienen anécdotas, leyendas o datos curiosos que no encontrarás en los libros.
- Fotografía con respeto, especialmente si hay servicios religiosos en curso.
Más allá de lo turístico: un símbolo de identidad zipaquireña
La Parroquia Nuestra Señora de los Dolores no es solo una iglesia. Es un símbolo de resistencia, de arraigo y de comunidad. Su presencia majestuosa y serena ha acompañado generaciones de zipaquireños y hoy se abre al mundo como un lugar para reflexionar, admirar y reconectar con la historia y la fe.
Si visitas Zipaquirá, no te quedes solo con la Catedral de Sal. Asómate a la plaza principal, entra con calma a esta parroquia y siente cómo, en medio del silencio, el pasado aún susurra entre piedras, vitrales y plegarias.