Zipaquirá cumple años y esto es lo que la hace única entre todas las ciudades coloniales

Cada 18 de julio, Zipaquirá celebra con orgullo un aniversario más de su fundación española (1600), aunque su historia se remonta milenios atrás. Este municipio cundinamarqués es, hoy por hoy, un atractivo cultural donde lo precolombino, lo colonial y lo contemporáneo convergen en un solo lugar.
Un territorio con historia milenaria
Los primeros vestigios humanos en Zipaquirá datan de entre 13.000 y 12.500 a.C., según investigaciones arqueológicas en el Valle de El Abra. Estas evidencias muestran que este territorio fue habitado desde épocas precerámicas, haciendo de Zipaquirá un sitio de extraordinario interés arqueológico.
Capital económica muisca
Desde el siglo V a.C., los muiscas explotaron sal mediante vasijas de barro —denominadas “moyas”— donde evaporaban agua salada para extraer bloques de sal. Se convirtió en una moneda de intercambio con regiones cercanas, tanto muiscas como panches y muzos. Esta actividad hizo de Zipaquirá un centro económico antes de 1600.
Fundación colonial
El 18 de julio de 1600, el oidor Luis Enríquez ordenó el poblamiento de la villa con 618 tributarios indígenas, quienes instalaron su nuevo asentamiento desde el antiguo “Pueblo Viejo”. De este modo, Zipaquirá consolidó su jerarquía en la estructura administrativa colonial. En 1623, contaba con más de 700 indígenas registrados.
Centro político y económico
Durante el virreinato, Zipaquirá se destacó por su rol en la recaudación y distribución de sal, principal fuente de ingresos fiscales. En el siglo XIX llegó a ser capital de provincia y un centro militar clave en la Reconquista.
Ciudad colonial viviente
A diferencia de otras localidades coloniales, Zipaquirá ha mantenido su arquitectura: plazas empedradas, iglesias —como la Catedral Diocesana y casas coloniales. Su centro histórico aún refleja la traza de su época fundacional.
Una joya sobre y bajo tierra: la Catedral de Sal
Zipaquirá alberga el único templo subterráneo de sal en el mundo: la Catedral de Sal. La primera versión se inauguró en 1954, con cuatro naves talladas directamente en la mina, bajo dirección de arquitectos como José María González Concha y con el impulso de Luis Ángel Arango. En 1995 se inauguró la nueva catedral –diseñada por Roswell Garavito– ubicada a 33 m bajo tierra y construida con 250.000 t de sal. Su recorrido de 2 km, la gran cruz de 16 m, 14 Estaciones del Viacrucis y la impresionante yesería salina hacen de ella una proeza de fe y arte.
Zipaquirá hoy
Con casi medio millón de visitantes al año, un legado vivo de identidad muisca y una arquitectura que combina lo ancestral, lo colonial y lo moderno, esta ciudad no solo celebra su aniversario, sino que reivindica su singularidad dentro del patrimonio de Colombia.
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