Agosto en Zipaquirá: un parque, muchas cometas y una tradición que emociona

Cada agosto, Zipaquirá se viste de viento y color. Aunque no cuenta con un festival masivo tipo Villa de Leyva, el municipio ha logrado consolidar una tradición local: elevar cometas en el Parque de La Esperanza, un espacio emblemático de 33.000 m² ubicado frente a la antigua estación del tren y convertido en epicentro de esparcimiento familiar.
Un lugar ideal para volar cometas
El Parque de La Esperanza, inaugurado en 2003, se ha consolidado como el punto favorito de zipaquireños y visitantes para disfrutar de los vientos de agosto, conocidos como alisios, que soplan con constancia en esta zona de la Sabana Centro. Ese aire frío y estable permite que las cometas se eleven con facilidad y permanezcan en el cielo por largos periodos. Además, su amplia extensión y ausencia de obstáculos —como postes o cables eléctricos— lo hace un lugar ideal para familias y niños.
Una tradición local que crece cada año
Aunque no existe un festival formal tan grande como en otras ciudades, el Parque de La Esperanza se convierte durante agosto en una fiesta espontánea y comunitaria de volar cometas. Familias completas llegan desde los barrios más cercanos con cometas artesanales, comerciales o hechas en casa. Muchos aprovechan para compartir recetas tradicionales: postres, arepas de choclo, empanadas y helados acompañan la jornada.
En ocasiones, instituciones locales han organizado ferias artesanales y puntos informativos sobre la historia del parque y los vientos, explicando cómo las cometas han formado parte del juego tradicional familiar colombiana.
Día típico de agosto: cómo vivirlo al máximo
Un día perfecto en La Esperanza durante agosto podría empezar con un desayuno ligero enfrente a la estación del tren, para luego instalarse en el césped con la cometa preparada. Entre el mediodía y la tarde, el viento se intensifica: es el momento ideal para elevarla.
Hacia el final del día, el cielo suele llenarse de cometas de todos los tamaños y colores: algunas simples, otras con diseños elaborados: dragones, figuras geométricas o incluso formas inspiradas en personajes. La atmósfera se vuelve festiva, comunitaria. Hay selfies, risas y conversaciones entre desconocidos sobre técnicas de vuelo, tipo de hilo o mejores manualidades.
Consejos de seguridad y buena convivencia
- Volar cometas en espacios abiertos, alejados de estructuras altas, cables eléctricos o terrazas urbanas.
- No volar durante lluvias o en condiciones climáticas adversas.
- Fabricar cometas con materiales seguros y ecológicos. Evita hilos metálicos o extensiones peligrosas.
- Respetar a otros voladores: mantener distancia, evitar enredos y ayudar si una cometa queda enredada.
Más allá del vuelo: cultura y conexión comunitaria
Elevar cometas en Zipaquirá en agosto no es solo una actividad lúdica, es un acto de conexión: con la tradición de nuestros padres y abuelos, con el aire cambiante del altiplano, con un espacio público que une generaciones. Es también una forma de turismo vivencial, que invita a visitantes a participar en una escena cotidiana y alegre, sin necesidad de grandes espectáculos.
El Parque de La Esperanza no solo ofrece paisaje y cancha para cometas, sino también una conexión con la historia local: frente a la antigua estación del tren, símbolo de desarrollo y patrimonio, se elevan cometas como símbolos actuales de libertad y juego.